jueves, 14 de junio de 2007

Explosión de amor y ternura



Lean lo que hoy les voy a contar.

Érase una vez, hace un mes y medio que viniste al mundo inocente y agena a cualquier mal, pequeña e inocente hace sólo siete días recibiste tu primer golpe físico y el más duro de los golpes, el golpe en toda tu vida. Yo que pasaba por allí no pude evitar verte y pensando que habías dejado este mundo me agaché para sacarte de aquel rincón y dejarte en algún agujero cavado en la tierra, para que al menos alguien se despidiera de tu pequeñita existencia. Tú en un aviso de emergencia abriste los ojitos azules que tan poco mundo habían visto aún y yo en un ataque de urgencia corrí contigo en brazos hacia una clínica que pudiese hacer de ti algo más que una anécdota del día. Luchadora y valiente con uno de los corazones más fuertes que jamás haya visto, conseguiste vivir y así entraste en mi casa, en mi corazón entraste ya hace tiempo, justo en el momento en el que toqué tu cuerpecito pequeño y desnutrido.
Querida Gallaecia, llevas el nombre de una gran nación, por amar la vida como la amas, por recuperar la alegría y por dar cariño aún cuando no sabías cual era tu destino. Querida Gallaecia no puedo sentir por ti más que un amor inmenso que me inunda y que me hace saltar las lágrimas de emoción. Pequeña mía gracias por querer quedarte a nuestro lado, eres mi primer cachorro y te quiero.

Señores, ojalá algún día muchos sientan algo tan dulce y fuerte como lo estoy sintiendo yo estos días, con esto quiero demostrar que la fortaleza de cada uno no reside en su físico sino en sus ganas de vivir. Entiendan ahora qué veo en estos animales... e intenten verlo ustedes...

No hay comentarios: